Ciudad: Madrid.
Dirección: Alberto Alcocer 46bis
Telefono: 914579459
Precio medio: 50€ por persona (nosotros comimos jamón iberico y centollas de aperitivos por lo que el precio medio subió más)
Éste es uno de esos locales en los que a priori no piensas. Es un sitio de barrio, casi escondido en un interior de manzana en la calle Alberto Alcocer, es un local clásico de aspecto marinero de los 80′ con sus camareros de pajarita, mesas muy bien puestas y clientes bien arreglados y de más de 45.
Esas características, son en todo caso positivas en un mercado en que con frecuencia el diseño moderno encubre una cocina mediocre. Al llegar me encontré a mis 6 acompañantes muy bien dispuestos para el agape.
En el centro de la mesa había jamón ibérico de una calidad remarcable, unos platitos de pulpo de Pedrero al aceite de pimentón que estaba tan tierno y suave con el toque ahumado del pimentón que tuve que contenerme para dejar algo de este manjar a mis acompañantes (es un plato imprescindible en Nuevo Gerardo) y un trio de Centollas Gallegas de gran tamaño y mucho sabor, y que disfrutamos con fruición. La carne blanquísima y en su punto era un tesoro que buscábamos como niños, haciendo uso de las pinzas y de los dedos, chupando, sorbiendo y despedazando las patas del bicho como si fuéramos naufragos… Disfruté muchísimo dando libertad a mi instinto recolector de hembra antiquísima…
Ya para asentarnos un poco de este juego exploratorio y totalmente lujurioso, nos trajeron un platito con dos raciones pequeñas de Bacalao en dos gustos: al pilpil y vizcaína. adoré el segundo con su tono profundo de tenor, el ahumado del pimiento choricero y la limpieza de las lascas de un pescado fresquísimo.
Y para terminar un plato hondo, humeante y aromático de caldereta de arroz con Pitu de Caleya (pollo de camino) que es un pollo criado en el campo, al aire libre y alimentado naturalmente con lo que encuentra en el campo, maíz y trigo… La verdad es que es un sabor excepcional y poco frecuente. La carne del pollo es firme y jugosa a la vez, la caldereta con caldo potente y energizante se acompaña de algunos guisantes, setas y patatitas que daban variedad a este plato imprescindible…
Acompañamos con un perfecto Marqués de Murrieta 2004.
De postres, un variado para poner en el centro de la mesa: Torrijas esponjosas y suaves (a mi no me gustan demasiado pero estas estaban tiernisimas y jugosas); Tarta Tatin finisima y con un toque ácido que se agradecía y Helado de chese cake.
Salí alegre y satisfecha, con ganas de repetir…