Esta recomendación de hoy viene con itinerario incluído. Descubrí La Paquita por un amigo fotógrafo que se conoce los rincones más interesantes de Barcelona y sus alrededores, con el he visitado cafés de mala muerte, huertos en el prat en los que hemos comprado alcachofas y huevos y hasta hemos pujado por capones pota blava, o zonas del barrio chino que nunca pensé que existieran, lugares que al cabo de un tiempo se convierten en secretos a voces por su autenticidad y su relación calidad precio. En el chiringuito La Paquita de Montgat, hace un año, tomamos la ración de Sardinas a la plancha con ajo y perejil más grande del mundo, acompañada de una sesión de cine en la playa y unas ensaladas de las de toda la vida con olivas deliciosas y carnosas, tomate dulce y jugoso, lechuga crujiente, cebolla tierna, espárragos cojonudos y alguna anchoa, sorprendente por su tamaño, frescura y sabor. Este año quise repetir y me encontré con raciones mucho más pequeñas, pero de la misma calidad de antes. Creo que La paquita ha decidido rentabilizar un poco más su buen hacer, pero me temo que siga reduciendo raciones hasta llegar a volverse caro. Por el momento no ha pasado, pero vale la pena ir este verano. Antes de la inflación que parece acercarse.
Tomamos sardinas, patatas bravas (realmente cortadas y peladas al momento, como debe ser y poco frecuente en chiringuitos, y aunque no sale en la foto pues mi acompañante no ama la salsa brava, la de la paquita es perfecta! me la trajeron en un plato aparte y el sabor intenso del pimentón levemente picante y la mayonesa son ideales) también una ración de morcilla de cebolla, que estaba en su punto de textura y condimento y la ensalada, que esta deliciosamente aliñada como las ensaladas de toda la vida y con materias primas de primera calidad, pero que había sufrido una reducción de tamaño importante), todo 34€ con clara y zumo de frutas Granini.
Pero la Paquita no sería lo que es sin el paseo posterior en el que descubrirás la catalunya más Cañí, esa que se va perdiendo entre tumultos de turistas, tiendas de diseño y vocación de modernidad.
Atravesamos la colina pequeña que cierra la cala en la que Paquita florece y enfilamos hacia la playa larga de Montgat para encontrar las casitas de pescadores precarias y bonitas como si el tiempo se hubiera detenido hace 50 años, después un paseo de madera paralelo a la vía de tren bordeando la playa con imágenes de arenas y aguas limpias, pescadores y bañistas de la zona, al otro lado de la vía, un paisaje irregular y poco agraciado que se salpica de casas que nos recuerdan cómo debió de ser ese frente de playa antes de las viviendas a destajo a bajo coste. Todo con un tono auténtico irrepetible y para mi, muy recomendable.
Ciudad: Montgat.
Dirección: Calle del Barrau Massó, junto a la playa de la Montgat Nord.
Teléfono: 607 795 456.