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Tiberic

Dirección: Tuset, 15.

Ciudad: Barcelona.

Teléfono: 932 000 477

Camino por la calle Tuset con frecuencia, en esa calle tiene consulta la mejor y lo digo sin exagerar, reflexóloga del mundo, una persona que me ha ayudado en momentos muy difíciles con la magia de sus manos y con su comprensión clarividente del cuerpo, de la mente, de la salud y de la enfermedad. Por lo que esta zona es una zona muy familiar para mi… Lo extraño de todo es que he pasado centenares de veces por Tiberic y no había sentido ganas de entrar a comer allí. Qué pérdida de tiempo. Sucede que me invitaron a celebrar  su segundo aniversario y fui con una curiosidad mas bien discreta y expectativas bastante contenidas. En general las fiestas con picoteo y cocktail resultan decepcionantes en términos gastronómicos. En la fiesta comenzaron a correr vino y comida. Llamativa la frecuencia y la variedad de platitos servidos, pero más que eso, la temperatura y los puntos de equilibrio y cocción de cada cosa que me llevé a la boca. Jamón Iberico de bellota Castro y Gonzalez (Guijuelo) que estaba perfecto, suave, untuoso, con las vetas de grasa muy bien distribuidas (comimos jamón cortado a mano y también en virutas) que fue una de las estrellas de la noche. Pero había más, Croquetas de morcilla, dulces y suaves, con una textura inmejorable, mini bocadillos de ibérico con un pan integral con sésamo que estaba tierno y crujiente a la vez, taquitos de salmón ahumado en su punto exacto de sal, nachos con guacamole verdísimo, fresco y con trozos de aguacate, cebolla y tomate (en su justa medida), rollitos de pollo a la plancha, pinchitos de tomate cherry con mozzarella y anchoa; gambas (ni muy hecha ni muy cruda, en un vasito de leche de coco con jengibre y cebollino) y patatas chips artesanales que estaban perfectas tan crujientes que era inevitable hacer ruido al masticar, con un crunch casi vergonzoso, todo acompañado de un tinto Ceres D.O Ribera del Duero. 

Me sorprendió la diligencia de la cocina para conseguir que cada plato saliera en su punto. Pregunté varias veces a los camareros si estos mismos platos y productos se servían habitualmente en la casa. Me explicaron que todo eran platos de la carta. Así que quedé enganchada y ahora cuando salga super relajada y felíz de mi sesión de reflexología iré a picar a Tiberic, un descubrimiento de esos que te llevan a preguntarte ¿cómo no lo vi antes? y se convierten en imprescindibles.

One Comment

  • gloria

    Yo soy fan de ese ibérico y de las croquetas de morcilla… No abuso por aquello del miedo al colesterol. Y sí, Tiberic es muy recomendable si estás en la zona o para picar algo antes de ir a bailar.

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