El nombre me decía muy poco. La Esquina puede ser cualquier cosa, y su localización, en el Triangle (confluencia de las calles Bergara y Balmes) colmaba mi imaginación de coches, turistas, cocina fácil y ruido, por fortuna la poesía aparece intempestivamente en las más pequeñas cosas…
En lugar de un sitio «para guiris agotados» me encontré con un local cosmopolita y actual, con decoración rústica pero no de «manual» como tantas que han proliferado y una confluencia de detalles que me transportaron rápidamente a los cafés y restaurantes pequeños de Portobello Road. Entendí cuando vi a Alan Stewart, un joven chef londinense, que se aplicaba en su mesa de trabajo montando los deliciosos platos que los comensales íbamos pidiendo a un equipo de servicio que destilaba amabilidad y cercanía.
Fui un medio día, con my amiga Ivana quien con su alma de fotógrafa se encontraba en su salsa. Como amantes de la comida y de los viajes My little things y yo estábamos entusiasmadas pues la propuesta del medio día es absolutamente novedosa: un menú COMBI, de platos combinados creado con lo que parece una clara vocación del balance y como un tributo al producto y a quienes amamos la tierra y sus regalos…
Podíamos elegir 3 opciones de las 9 que hay en el menú para componer nuestra propia sinfonía de verduras, proteínas y carbohidratos o legumbres. Os prometo que no es asimilable a las mezcolanzas «nutritivas» de algunos vegetarianos o restaurantes con «vocación» saludable… Aquí sentí que era verdaderamente posible ser absolutamente feliz gastronómicamente hablando, sin renunciar a la salud. Por otra parte, cada ingrediente que saboree tenía el color y el aroma inconfundibles del producto artesano o de pequeño proveedor con sutiles matices y aromas.
Una característica del local es que cambian cada día el menú así que me sentí feliz porque La Esquina es uno de esos restaurantes, cafeterías, puntos de encuentro, templo, que se queda en tu top 5 por la accesibilidad de la propuesta: ubicación, precio, carta, producto, horarios, atención y servicio. Lo tiene todo.
Mi COMBI fue lo más acertado, aunque me costó trabajo elegir, todo me llamaba poderosamente la atención: Crema de chirivía, una crema untuosa como de terciopelo con aromas perfumados y frescos que resultaba reconfortante y cálida, me gustaría que estuviera cada día en la carta porque es de esos platos que vas a buscar a un sitio una y otra vez… también pedí las lentejas con calabaza y queso de cabra, una mezcla fresca y deliciosa con las materias primas de calidad y que combinaban a la perfección y arenque ahumado (como los que encuentras en los mercados londinenses) con brocolí tierno y salteado brevemente con unos sabores equilibrados y preciosos. Mi amiga Ivana, tomó la misma crema (no se habría perdonado no hacerlo), cuscús lleno de mezclas divertidas con remolacha y menta y el pollo con coles de Bruselas… El acto de combinar platos creativos y deliciosos se convierte en un juego de cooperación con la propuesta del chef, alquimia pura.
De postre un cheesecake que era más una interpretación del famoso postre, con espuma de queso y galletas que es una perdición y el típico pudding inglés (tarta de pan) con una crema inglesa en la que la vainilla y la textura suave, como el olor de un bebé recién nacido eran inolvidables.
La carta de los brunchs y las cenas es muy elaborada y el ticket medio saldrá un poco más que al medio día, pero estoy deseando darme un homenaje. ah… y EL CAFÉ…
FICHA:
Ciudad: Barcelona
Dirección: Carrer de Bergara, 2
Teléfono: 937 687 242
Horarios: De Lunes a Miércoles de 8:00 a 20:00, Jueves y Viernes de 8:00 a 1.00h, Sábados de 10:00 a 01:00 y Domingos de 10:00 a 18:00h
NOTA: Las fotos me salieron bastante tristes y me apena porque en La Esquina todo es bonito y mis fotos no le hacían justicia al plato, así que os ilustro mi crónica con fotos de la casa que corresponden mejor a lo que hallaréis cuando La Esquina se convierta en uno de vuestros favoritos.
One Comment
Ivana
Con ganas de volver un fin de semana y probar sus propuestas! Me encantó todo! Repetiremos!
Besotes