Restaurante Red Ant Noodle Bar

Dirección: C/ Tiradors 3-5.

Ciudad: Barcelona.

Nada me alegra más que iniciar esta nueva etapa del blog con un restaurante que para mi es PERFECTO. Pues representa todo lo que busco a la hora de salir a comer: platos saludables y ligeros con toques frescos y sorprendentes, buenos precios, ambiente agradable y  una atención cercana a la vez que profesional.

La nueva orientación de comerconlila tiene que ver con una decisión personal (que algún día explicaré) y que me ha llevado a intentar el compromiso de no comer carne de animales procedentes de granjas industriales (pollo, cerdo, vaca, cordero).

Para esta nueva etapa pensé en Red Ant, pues no habia escrito aún crónica y es el «hermano» del Mosquito,  uno de mis restaurantes favoritos y que es de los que más visito pues es muy económico.

Red Ant es un restaurante (noodlebar) con la misma filosofía del Mosquito, con una carta corta y sencilla, platos orientales y  gran presencia de los noodles (elaborados con harina ecológica), arroces orientales, algún curry (varían cada tanto) y platitos pequeños para tapear que hacen las delicias de los amantes de la cocina fresca de oriente.

El día de esta crónica, la sala no estaba muy llena y había un ambiente distendido en el que se podía conversar sin tener que gritar (a diferencia del Mosquito que es un poco ruidoso). Llegamos con la expectativa de probar alguna de las cervezas exóticas con que nos sorprende Jazz su propietario, pero me dejé tentar por los magníficos refrescos de Belvoir, 100% orgánicos, equilibrados y perfectos. He probado la ginger beer que es intensa, picante, aguda, juguetona;  el refresco de flor de Sauco, delicado como el perfume de una novia en el día de su boda  con un toque ligeramente ácido, pícaro;  la exquisita combinación de lima y lemongrass; o el energético combinado de Granada con frambuesas… Denso y fresco a la vez. Impresionantes.

Pedimos para compartir, Slaw asiatic una ensalada fresca y crujiente con brotes de soja, col roja, zanahoria, cebollino, hierbas frescas (cilantro, menta) y la exquisita vinagreta levemente picante que le acompaña, coronada por cacahuete picado  y que hace de este plato un canto a la frescura, a la salud.

También Bok choy con salsa de sésamo y ostras, un platito ligero y divertido, que contrasta la densidad de la soja y el sésamo con la frescura crujiente del vegetal.

El calamar salpebrat, que es el plato más delicioso del mundo. Un calamar crujiente, bien rebozado, sin grasa, firme aderezado con sutiles hierbas frescas y alguna viruta de guindilla por encima que se moja en una salsa agridulce perfectamente pensada. Aquí el calamar brilla, con sus aromas, texturas y sabores. (imperdonable, olvide hacer la foto)

Rollitos vietnamitas vegetales con langostino en su punto. Menta, cilantro, lechuga, todo fresco, ligero, tan suave que parece que flotaras reconociendo los sabores más puros de la tierra, del campo, los rollitos vietnamitas, saben y huelen a aire libre, a campiña, al agua que fluye fresca y cantarina…

Mi amiga pidió además pollo frito en trozos jugosos y aromaticos que no probé…

Comimos despacio, conversando, compartiendo cada platito y deseando que la velada no terminara… No comimos demasiado pero salimos más que satisfechas, yo recomiendo pedir además un plato para compartir de noodles, que son fantásticos o de arroz y algún postre.

La cuenta de esa noche  15€ por persona, pero suelen ser unos 20/22 si coméis un poco más contundente,

La relación calidad/precio es ideal. Red Ant es un imprescindible, os lo aseguro.