Cuando fui a Dim Sum House lo hice por varias recomendaciones vehementes sobre el lugar, y eso inflamó mucho mis expectativas. Llegué a comer con una amiga y me entusiasmó el ambiente luminoso, con papel pintado y lámparas colgantes que daba un aspecto acogedor a la sala. Las mesas largas con bancas para compartir son agradables pero si haces una comida o cena largas el no tener respaldo en la silla puede tornarse incómodo, así mismo en las mesas largas si no sois 4 personas pueden sentarte a otras personas al lado, a veces eso va bien y le da un aire cosmopolita a la velada o va mal si tienes que hablar de algo privado que no quieres compartir con tus vecinos, si ese fuera el caso podrías pedir un cambio de mesa pues es llamativa la amabilidad de todo el personal de Dim sum house…
Lo primero que me llamó la atención es lo MUY económicos que son los Dim Sum y en general los platos de la carta y eso en estos tiempos es de agradecer: una ración de 3 dim sum de buen tamaño te sale a 2,20€ y los makis con 8 piezas 5,50€. (con nosotras hicieron una amable y amorosa excepción y nos pusieron un dim sum más de cada tipo)
Mi acompañante y yo estábamos dispuestas a probar muchas variedades de dim sum y nos recomendaron probar el menú del día porque en el había 2 variedades por cabeza y un plato fuerte que son los mismos que hay en carta así que nos dejamos tentar con la propuesta, (8,75€ con bebida y postre) yo antes pedí además dos niguiris de atún para probar el sushi.
En los niguiris el arroz estaba demasiado compacto con el toque de vinagre muy llamativo, en leve desequilibrio. El atún ok.
Después los Dim sum de marisco, verduras con langostino, solo langostinos y solo verdura: la masa de 3 de ellos era muy gruesa, excesiva y el relleno del dim sum de marisco era demasiado compacta e indeterminada, el menos agradable de los 4. Obviamente se nota mucho la diferencia del Dim Sum hecho in situ con el que se compra congelado, independientemente del proveedor que lo traiga. Este no era hecho en el restaurante claramente. Los de verdura fueron los más sabrosos y equilibrados de todos, además porque tenían la masa más fina y agradable. Después muy bueno el relleno del de verduras y langostino.
Los segundos: yakisoba de verduras, los fideos finos y muy buen punto pero un poco secos y la verdura casi inexistente (de todos modos estaban muy sabrosos). También marmitako de atún que aunque el corte del atún era un poco extraño, en lascas muy finas y no en tacos, estaba maravilloso. El caldo sabroso e intenso, la patata y el pescado en su punto.
Para cerrar pedí helado de stracciatela y mi acompañante café.
Comimos muchísimo y estábamos saciadas a mitad del menú.
Atención la oferta de postres estaba increíble, pero habíamos comido tanto que no pedí el brownie que se veía compacto y de textura increíble, o la tarta de guinnes con queso o el carrot cake. Como mi consulta de reflexología, que es un oasis semanal, queda a un paso volveré a por ellos seguro.
La verdad es que es una restaurante que a pesar de mis peros lo recomiendo «en contexto» es decir, es una alternativa muy económica y divertida si estás por la zona, o quieres hacer una incursión por platos ligeros, pero no es para «hacerle el viaje» pues hay sitios en los que el dim sum tienen más calidad por apenas un poco más de precio.