Ciudad: Barcelona.
Dirección: C/ Hospital, 126.
Teléfono: 695 591 022.
En el Raval me siento de un modo especial, camino por sus calles como en un descubrimiento. Me gusta el bullicio, las calles estrechas y las aceras en las me topo con gente de muchas culturas, razas y aspecto diferentes al mío, recién llegados y no tanto, que hacen parte del alma de esta ciudad que es cosmopolita a pesar de sus anhelos a veces de terruño, de barrio chico.
Como paseo tanto por allí y busco alternativas económicas para seguir alentando la aventura de conocer nuevos restaurantes sin desequilibrar mi presupuesto, me encuentro a veces joyas preciosas vestidas humildemente. Paloma Blanca es una de ellas.
La sala es fea, básica, sin pretensiones. Un espacio que recuerda los miles de Kebabs que hay en España, en Berlín, en Londres… Sólo que en Paloma Blanca hay una ventaja: la vitrina de los alimentos es llamativa y preciosa, las verduras coloristas y frescas como la piel de una adolescente, las carnes prietas, justas, limpias y desgrasadas, los pescados que parecen vivos. Así que no hay mucho mérito en la aventura de entrar, solo con ver el ajetreo dentro y la vitrina sabes que no te has equivocado.
Yo he tenido el placer de ir tres veces, dos de ellas con amigas diferentes que no se conocen entre sí y que me habían comentado de un restaurante árabe estupendo en El Raval. Así que menos mérito todavía. La tercera de mis visitas, idea de mi amiga, es la que elegí para hacer la crónica y recomendaroslo.
En Paloma Blanca hay cocina Marroquí con el delicioso y aromático cus-cús, los tajines con carnes, verduras y frutos secos, los pescados a la plancha, las especias… y es Halal que es la cocina hecha teniendo en cuenta los preceptos de la Sharia o ley islámica, es decir cocina apta para los musulmanes. Son platos sin cerdo ni ninguno de sus derivados, sin sangre y sin alcohol principalmente.
Cuando me senté con mi amiga Benedicte en una mesita pequeña semicompartida (estábamos en dos mesas pero pegadas entre sí) con un padre marroquí con su hijo de 6 años. Mi amiga les saludo en francés y me sentí por un momento en otro lugar, de viaje…un viaje de dos horas que resulto instructivo y relajante. Yo quería pedirlo todo! Antes ya habia probado su cuscús, la Pastela, el variado de verduras al vapor, los garbanzos…
Lo primero que llegó a la mesa fue una cesta de pan para no acabar, grandes trozos de miga gruesa y firme y costra dorada, y las aceitunas mas exquisitas del mundo acompañadas de trozos de limón confitado en realidad no se como se llaman en español son preserved lemons, conservados con semillas de hinojo, de cilantro, canela, sal marina y que son uno de los manjares más sencillos y deliciosos de la cocina marroquí.
Pedimos unas sardinas marinadas exquisitamente con comino, poco, algo de piel de lima, canela… no identifico muy claramente todas las especias pero estaban realmente exquisitas! era una ración de 6 sardinas medianas abiertas que se sirvieron con un picadillo de las especias de la marinada y que estaban super jugosas y carnosas pero tostaditas de forma perfecta lo que permitía masticar las espinas sin ningún temor. Tomamos ensalada mixta para refrescar y un conejo al horno con patatas y arroz blanco que estaban deliciosos. (la foto del conejo me salió fatal y no la subiré porque no le hace justicia) imaginaros una pieza de conejo al horno doradito y jugoso con patatas fritas y arroz como la que os habría servido la abuela en un día frío de invierno.
Comimos agradablemente viendo la gente entrar y salir a pedir también platos preparados para llevar y oyendo la música de otras lenguas en un ambiente desenfadado y familiar.
En otra mesa a medio metro (como ya dedujiste la sala es pequeñita) habia un par de jovenes recién llegados de Rabat, que habian pedido una inmensa parrillada de pescado y marisco que no pudimos evitar envidiar, asi que les preguntamos cuanto habían pagado por ella, costaba solamente 10 o 12€ por cabeza!
Pedimos nuestro té de menta (que en realidad es hierbabuena) más rica si cabe y té verde, que nos ayudó a digerir la comida pantagruelica que nos dimos por solo 10€ por cabeza.
Por la tarde confieso que las sardinas me repetían un poco pero os prometo que a pesar de eso valieron la pena.
Iré pronto a probar la mariscada…
Os lo recomiendo, eso si, si no necesitáis de un ambiente silencioso, íntimo o glamuroso porque de eso en Paloma Blanca no hay.
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Duna
Felices fiestas queridos Blogeros. Desde la Arroceria Duna nos gustaría desearos las mejores fiestas y un feliz año nuevo. Queremos daros la enhorabuena por vuestro blog e informaros que Arroceria Duna tiene la carta más extensa de arroces de Valencia, podréis encontrarnos en plena playa, con el sonido del mar, esperamos que nos visiteis y disfrutéis de nuestros exquisitos platos. ¡Saludos!
Si queréis podéis visitarnos en el site: http://www.bodasyeventosplayavalencia.com/
¡Os esperamos en la playa del Saler, Valencia!