Como con frecuencia, lo bueno se hace esperar, he decidido publicar mi crónica de la comida especial del festival de cine y gastronomía Cinegourland, solo hasta hoy. La verdad es que fue una comida de órdago y me enamoré del paisaje y del hotel/restaurante de tal modo que pienso pasar una semana del verano en esos lares. Es precioso.
El hotel restaurante Ibaia esta ubicado en Gordexola, Sito a 20km al suroeste de Bilbao en la Comarca de Las Encartaciones (tierras preciosas que me recuerdan algunas escenas en la Tierra media, de El Señor de los anillos, con su verde exuberante, sus colinas y valles, sus contrastes…).
Una gran casona de piedra, un antiguo convento de clausura en el que sería imposible no alabar a Dios, o a la naturaleza o a quien quiera que te escuche, aloja el delicioso restaurante gastronómico en el que fuimos agasajados.
No pudimos comer mejor y quienes lo tengáis cerca o querías un destino inmejorable para un buen descanso os lo recomiendo vivamente.
Tomamos de aperitivo, que sirvieron en la antigua capilla del convento, unas pequeñas tostas de Anchoa de Bermeo, que acompañadas de una copa de Luis Cañas 2010 nos dieron la bienvenida. Una tirita de pan crujiente justo del tamaño de la anchoa era un bocado de una intensidad muy agradable porque estaba en el punto justo de sal… era untuosa, densa… perfecta. El vino le iba de maravilla.
Al llegar al comedor me sentí trasportada, los grandes ventanales de la sala tenian vistas a cual más bonitas todas, no me equivoco al señalar que todos, los 17 invitados al evento estábamos profundamente impresionados con el lugar.
En la mesa pedazos contundentes de pan de miga firme, compacta que parecía pan candeal con aceite Oleaurum muy, muy aromático… Yo que sabía a lo que venía, pues el restaurante había sido ampliamente recomendado, intenté contenerme con el pan pero resultaba una misión imposible el aceite rotaba por la mesa como un tesoro deseado por todos.
Y en medio de este buen comienzo, nos llegó el primer platito: una tira de Atún marinado con esponjoso de gazpacho de tomate y cereza con corazones de hortalizas: el esponjoso era una especie de rulo con la textura de un paté ligero, de gazpacho y cerezas que estaba fresquísimo, con notas luminosas y brillantes y el atún parecía como cristalizado a la vista y bien impregnado de un muy buen aceite de oliva… Los corazones de verduras eran semillas del tomate delicioso, guisantitos tiernos, recién nacidos que llenaban el plato con aromas de tierra y lluvia… Y unas minirodajas de cereza casi transparente que aportaban levisimas dulzura y acidéz al plato… Una mezcla perfecta de mar y montaña que me arrancó más de un suspiro.
Después un juego de espárragos blancos y babatxiquis de zalla en texturas: Las babatxikis son unas habitas tiernas autóctonas de Zalla en las Encartaciones… Nunca las había comido y fue una experiencia deliciosa, lamentablemente los espárragos no los pude ni probar porque nunca me han sentado bien, pero puedo dar fe de lo exquisito del plato por cómo volaron de mi plato al primer descuido. Algunas flores de tomillo fresco le daban un aroma magnífico al plato.
Le siguieron unas Kokotxas de merluza asadas a la parrilla con glaseado de Xixas y guisantes de lágrima de Getaria (llamados el caviar vegetal), fueron para mi la estrella principal en una comida ya llena de estrellas: el caldito ligero que bañaba las Kokotxas y los guisantes tan aromáticos y frescos que daban ganas de aplaudir.
Con el último plato, Txuleton de Berriz a la brasa con una guarnición de pimientos del padrón (de un verde esmeralda muy llamativo) fueron el broche de oro. La carne con la grasa muy bien infiltrada parecia melosa, estaba al punto y estaba muy jugosa… La acompañamos con un Baigorri reserva 2005 que estaba delicioso.
La comida para mi fue una verdadera delicia. Supongo que además de la cuidada elaboración y los materiales de exelente calidad influyó el entorno precioso y la alegre disposición de todos los comensales, nos lo estábamos pasando genial…
Cuando llegó el postre Un mojito en helado, con espuma de hierbabuena, las conversaciones alegres y de satisfacción se hicieron llamativas, la comida elaborada por Iñigo Elorriaga había tenido un éxito rotundo y el cocinero terminó la jornada con algunos nuevos seguidores, entre las que me cuento entre las primeras…
Y como si fuera poco merengue con crema y frutas para compartir…
Con los cafés, Los macarons de pistacho, mas impresionantes y exquisitos que he comido en la vida. Sin duda.
La sobremesa con canciones y poemas que espontáneamente nos regalaron los encantadores Caco Senante y Sancho Gracia y otro maestro de la guitarra que no reconozco… fue la guinda… qué comida más bonita!!!
Yo vuelvo, vuelvo y vuelvo!!!
One Comment
Diana
Llevo una semana con la dieta de la piña… lo que daría por un buen txuletón!! P.d. Esto no se hace!!