Hace unos días fui a descubrir los cambios que ha experimentado el antiguo Oter Epicure en la Calle Claudio Coello 71, gracias a la invitación de una amiga que siempre me sorprende con los avances del Grupo Oter
Habitualmente, advierto que puede sonar de una ignorancia supina, lo digo por juzgar la gastronomía por «zona» barrial jajaja pero los restaurantes del Barrio de Salamanca me dan un poco de prevención. He experimentado con algunos (pocos) restaurantes que me han sorprendido positivamente y otros (muchos) me han parecido pompas de jabón creadas por ilusionistas más que por cocineros. No es el caso: Este restaurante es un establecimiento sólido que construye y reivindica su presencia con una cocina de producto super correcta y una relación calidad precio adecuada (mejorable claro, como siempre que el local no resulta barato y este no lo es).
El día de esta crónica el local estaba lleno, principalmente de ejecutivos y empleados de la zona, hombres en su mayoría y algunas mesas mixtas de personas de mas de 30 y de estilo cuidado, bastante clasico.
La sala sobria y comoda se define por el confort. No hay mucho diseño, ni belleza alrededor pero es un espacio agradable.
Pedimos para compartir Un par de Navajas gallegas con aceite, ajo y perejil, que yo valoré por su calidad aunque las prefiero menos adobadas pues la navaja es en si misma deliciosa y el ajillo es muy intenso para su sabor tan delicado.
También compartimos una «Ensaladilla Rusa» (que en su versión original puede llevar pollo o arenque) con merluza y huevas de trucha, que era interesante, aunque sentí la patata demasiado desecha para mi gusto, el sabor agradable y delicado del pescado salvaban el plato hasta llevarlo al aprobado alto.
De segundos: La hamburguesa de solomillo al aroma de mostaza antigua (que compartimos mitad y mitad) que estaba realmente exquisita, con una carne magra pero jugosa, el pan cristal que es una tosta finisima y crujiente que añade ligereza y diversión al plato y una salsa de mostaza con reducción de caldo de carne que era de delito… Intensa, casera, contundente y que mojaba perfectamente todos los ingredientes… Para más inri, se acompañaba de deliciosos chips vegetales que convertían el plato en un carnaval de colores y sabores: zanahoria, remolacha, patata morada y yuca frita… Super recomendable.
También y para compartir el tostón de cochinillo asado en su jugo que se deshacía entre los cubiertos como una novia con la piel tostada y crujiente que daba el contrapunto necesario para hacer del plato todo un juego de sabores, texturas y aromas. Exquisito. Se acompañaba con un ravioli de piña relleno de manzana que daba el toque dulce a una carne intensa, brava como un miura.
Acompañamos con un vino que me gustó bastante y que combinaba perfecto con los dos platos principales: el Marqués de Murrieta, reserva del 2004.
Raciones grandes y precio medio por cabeza: 35€ sin el vino.
4 Comments
Ivana
ñam! ñam! que ricoooo!
besitos
Gloria
que pena de haberlo visto antes pude haber ido, en barca claro,el sábado en Madrid era el diluvio universal.
¿como consigues hacer esas fotos a la vez que comes??
bss
Delia
Ha ce dos días pase delante del Oter y me acordé de tu post¡
Iré a probarlo pronto¡ me encantó el ambiente.
Beso preciosa.te siento bien no?
DELIA
fresa&pimienta
Acabo de descubrir tu blog y ya lo tengo entre mis favoritos, tus comentarios ayudan mucho a descubrir lugares nuevos! es ideal! un beso