RESTAURANTE AL-JAIMA

Ciudad: Madrid.
Dirección: Barbieri, 1.
Teléfono: 91 523 11 42.
Cocina: Árabe
Precio medio: 18€.

Sigo con la revisión, lenta pero sistemática, de los que han sido mis restaurantes favoritos de Madrid y Barcelona.

El de hoy sigue cautivándome absolutamente, como ese primer amor que siempre hará parte del arcón de tus afectos… Invité a tres de mis personas favoritas a comer al Restaurante Al-Jaima con la ilusión de escapar del calor madrileño en una casa que cumple con las condiciones de temperatura e iluminación que se requieren en el desierto en las horas de más calor. Las paredes gruesas y los pequeños ventanucos que protegen del calor fueron un oasis umbrío. Los cojines y kilims admirables le dan al local esa calidez tan llamativa. Las mesas bajas y doradas y esa la penumbra serena me trasportaron, como siempre, a otras tierras sin provocar en mi esa sensación horrible de parque temático que dan algunos locales «exóticos» de cocina «etnica».

Nos sentamos en una mesa alta porque dos de mis invitados miden mas de 1`80 y la aventura de comer en el suelo con personas así resulta catastrófica.

Pedimos todos los platos para compartir: Ensalada de tomates (frescos, grandes y rojísimos) con berenjenas y pimientos asados (en un punto de cocción delicioso) y cebolla cruda acompañada por una vinagreta que os juro, daban ganas de beberse a morro. También los infaltables Hummus de garbanzos con Tahini (sésamo tostado y molido con aceite) y comino que es espectacular porque le tienen el punto de densidad y de especias…. y el de berenjenas con ese sabor ahumado y terroso que caracteriza a este puré y que en Al Jaima se «dulzifica» con una salsita de yogurt alrededor que nos llevo a rebañar los panes de pita hasta pulir el plato como si fuesemos bruñidores expertos.

A nuestro lado, lamentablemente, se formó una mesa de 3 parejas jóvenes (por los veitimuchos) que eran tan ruidosos y poco considerados con sus cigarrillos y sus voces que alteraron en buena parte la magia de compartir la comida dispuesta en un único plato, como una eucaristía con la gente que quieres…

Seguimos con Cuscus de verduras y pollo que traen también en un tayín (esas ollitas de barro con tapa tan bonitas y eficaces para conservar el calor de la comida) y que comimos del centro de la mesa. Tenía nabo, zanahoria, calabacín, algo de pimiento y pollo (esperaba un poco más de verduras en cantidad y variedad pero el grano estaba tan sabroso y aromático y los vegetales tan ricos que mi decepción duró apenas un instante) y el cuenco de caldo que era pura escencia de vegetales y pollo, imprescindible y aromático, lo compartimos rotando el tazón. También un Tayin de cordero con ciruelas pasas cocido durante muchas horas a fuego lento lo que daba como resultado la carne más tierna y sabrosa que puedes comer… Sólo necesitarás el tenedor y buen apetito. Por último pastela: un hojaldre finísimo como todos lo que preparan en la cocina árabe, con el relleno de pollo con canela y azucar glass que es tan crujiente, intenso y leve a la vez, como un beso robado cuando tienes 16…

De postres: pastelitos, muy pequeños, de hojaldre de pistacho, de miel y de sémola con higos acompañados de té verde con hierbabuena que es digestivo, depurativo, estimulante y refrescante!

La cuenta perfecta: 17 euros por cabeza. Comiendo un montón. Una de las mejores relaciones calidad/precio que he encontrado en la ciudad.

La única pega que le he encontrado a Al-jaima es que el local es bastante ruidoso y si te tocan vecinos poco considerados puede resultar un poco incómodo.