Ciudad: Barcelona.
Dirección: Junta de comerc, 28.
Teléfono: 93 412 62 21.
Cocina: mediterránea con toques creativos.
Precio Medio: 30€ sin vino.
La Biblioteca no tiene aún todo el mérito que se merece. Si atendiéramos a su calidad seguramente estaría totalmente de moda y habría colas y listas de espera, pero el mundo de la restauración es misterioso. Su cocina mediterránea con toques muy personales, la decoración cálida y mesurada y la atención inmejorable, hacen de este local uno de mis favoritos. Prueba la quiche con setas y gorgonzola, untuosa e intensa con la base muy crujiente y doradita, o el atún marinado en mirim y soja que sirven frío y casi crudo (delicioso) con tempura de shitake y verduras. Portentoso.
Este local no es fotogénico, os lo advierto, ese clima un poco triste que se percibe en algunas fotografías, desaparece nada más sentarte. Los techos altos, el largísimo pasillo y la cocina a la vista mejoran indudablemente cuando los camareros te sonríen y te ofrecen una carta repleta de delicias. En tu mesa, el panorama se hace cálido y los sonidos, muy discretos, de la cocina hacen el resto. Cuando fui con mis amigos tenía muy poco apetito así que pensé que mi función en esa mesa seria la de acompañante. Me equivoqué. La carta parecía diseñada especialmente para mí. Primeros platos ligeros y originales y segundos con opciones variadísimas, con caza, buey, mariscos y pescados. Un acierto. Pedimos quiche con setas y gorgonzola, untuosa e intensa con la base muy crujiente y doradita. Mi amiga emitía gemiditos de placer que parecían sacados de una película porno. A su lado su compañero, menos expresivo pero igualmente fascinado, tomaba tartaleta de hojaldre con jabugo y tomate confitado. Equilibrada y sabrosa. Para los segundos: pasta negra con salsa de calçot agridulce (intensos y deliciosos) y huevo pochado, que hacían pareja perfecta sobre la pasta que aunque sabrosa, estaba un pelín pasada de punto. Miré a mi alrededor, era un jueves a las diez de la noche y había poca gente. No me lo explico, este es el lugar perfecto para estar a la última. Cosas del marketing. Observé a mis vecinos, una pareja de novios, bastante jóvenes y arreglados como al descuido, que compartía bocaditos entre sonrisas de complicidad. Probé el atún marinado en mirim y soja de uno de mis acompañantes. Lo sirven frío y casi crudo (delicioso) con tempura de shitake y verduras que era un portento (crujiente, con las verduras y setas al dente) y una brocheta de solomillo con patatas crema, que mi amiga pidió muy hecha y que estaba tierna y sabrosa a pesar del exceso de cocción. En la cocina la actividad era ordenada y daba gusto ver al chef moviéndose como en una danza. La agradable magia de los buenos fogones. Para terminar un pastel de plátano con caramelo que tuvimos que compartir y que olía a gloria y sabía exquisito. Un cierre magistral para una cena muy gratificante. A la hora de pagar, no hubo sorpresas, pues la relación calidad precio es magnífica. Si quieres sorprender a tus amigos o a tu pareja con un lugar exclusivo, no dudes en cenar en la biblioteca. No te decepcionará.
One Comment
dumbo
Este es el siguiente número 1 en mi lista para cuando haya algo que celebrar. Conocí hace tiempo a uno de los cocineros pero ya se fue y perdí la oportunidad de visitarle in situ, y hace poco una amiga (gran comedora también) me lo recomendó. Con esta segunda reseña ya me vale para que suba puestos y se coloque en la siguiente prioridad.
D.