«De vez en cuando la vida nos besa en la boca y a colores se despliega como un atlas, nos pasea por las calles en volandas, y nos sentimos en buenas manos; se hace de nuestra medida, toma nuestro paso y saca un conejo de la vieja chistera y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela» Siento esto que nos canta Serrat muchas veces y con frecuencia sucede ante una mesa con amigos. Si a esto se añade un sueño, un objetivo común o una celebración, la cosa ya se convierte en un motivo enorme de felicidad y en la certeza de que he sido tocada por…