SushiBou

Aunque uno de los placeres que obtengo de la comida tiene que ver con este blog y mi deseo de recomendar y compartir con quienes me leen los restaurantes que más me gustan a veces, solo a veces, el demonio le gana a mi parte generosa y querría quedarme con el secreto para mi solita. Con Sushibou ese sentimiento afloró en el instante en el que me metí en la boca el primer niguiri de los 10 seleccionados por el sushiman y que hacía parte de un menú del día espléndido: con tazón de sopa miso por sólo 10.50€ y en sábado. Yo había leído la recomendación de Comer Japonés con quienes SIEMPRE acierto.

Lo graciosos es que tomé primero el niguiri que pensé que era de relleno y el que sería el menos especial (siempre dejo el mejor niguiri para el final) Un niguiri de pimiento escalibado. Nada especial pensé, con algo hay que rellenar este menú tan económico. Error. Era una delicia. Suena bastante básico y por lo que a mi respecta nunca lo habría elegido teniendo la alternativa del pescado fresco, pero hay que probarlo para reconocer que este actor no es un actor de relleno en una gran producción. Tiene entidad y un lugar que se ha ganado con creces.

Qué os voy a decir? que me pasó igual con el niguiri de tortilla que era el penúltimo en mi lista de prioridades y que así fue sucediendo con cada uno de los que tomé, atún, sardina, salmón, pez mantequilla… (dos de cada) al final no sabía cual habría de dejar de último (que fue el pez mantequilla) que hace honor a su nombre en este local maravilloso y sencillo en el que descubrirás secretos antiguos. Aquí, puedo mojarme con toda seguridad y decirte que lo que pidas estará bueno pues la textura y el grado de acidez/dulzura/sal del arroz, la temperatura de todos los ingredientes, la delicadeza de los cortes… Todo aquí esta calculado al detalle y es de vicio.

La sopa miso super recomendable, bien balanceada sin excesos de sal.

A nuestro lado una pareja japonofílica con su niña de 10 años que tomaba el sushi como la más experta Itamae, en otra de las islas del pequeño local con estética de barcito de la esquina, un grupo familiar de japoneses hablando japonés. En otro rincón un par de chicos por los 30. Nadie más. Al terminar de comer, fui a declarar mi amor al sushiman y a sus camareros y les rogué que cuando tuvieran filas de gente en las puertas de su local no se convirtieran en un templo escandalosamente caro… Sonrieron y sentí que esa sonrisa era casi una promesa.

Por ahora y desde que pisé su sala hace unos días, siempre estoy buscando ocasión para volver. Creo que este es de esos amores locos que duran para siempre.

Ciudad: Barcelona
Dirección:Poeta Cabanyes 6.
Abierto de Martes a Domingo (el Domingo solo medio día)
Precio medio: 15€ por cabeza