Bodegas,  Con estilo,  Lujo,  Restaurantes en Barcelona,  Vinos

VINOS VALDEORRAS

Según os anunciaba escribo hoy un post especial aromático, vibrante. Un post de vinos D.O Valdeorras, que para mi son un descubrimiento cada vez más interesante.

El jueves la invitación por parte del consejo regulador de la D.O Valdeorras fue nada menos que en la Torre D’alta Mar, 14 bodegas, con sus representantes y un selecto y encantador grupo de prensa, invitados a probar los deferentes caldos en un entorno perfecto. El día acompañaba y brillaba un sol maravilloso que daba luminosidad al espacio y nos invitaba a agradecer, y disfrutar más si cabe, el vivir en la bella Barcelona.

20111112-214257.jpg

Nos distribuímos en tres mesas diferentes y para cada mesa se asignó un grupo de vinos y bodegas, no era posible catar los vinos de 14 bodegas sin salir con los sentidos embotados y borrachos como una cuba. Los platos parecían diseñados para acompañar suavemente el desfile de los vinos, sin ganar demasiado protagonismo.

Para comenzar con la bacanal, un chupito de gorgonzola y membrillo que abrió el desfile de copas, aromas, risas y comentarios alrededor del placer, de las vistas, de los sabores, olores y sensaciones de infancia. El primer blanco que probé fue un A Coroa, godello sobre Lías, que me gustó con ese gustito dulce de los caramelos de banana de cuando era pequeña y las flores silvestres… Sin embargo aunque la fruta madura era lo más perceptible me atrajo la picardía de ese toque amargo que se percibe al final de un sorbo. Quería beberme toda la copa, pero venían más vinos e hice el esfuerzo de mesura que en este caso fue significativo, daban ganas de beberlo porque es un vino suave y fácil de llevar.

20111112-214733.jpg

20111112-214829.jpg

Mientras preparabamos las copas para el segundo blanco Valdeorras, nos llegó el primer plato: Foie gras mi cuit de pato al Armagnac y tierra de chocolate con café. Sabroso con un toque de crema de coco y cacao muy interesantes y la temperatura adecuada. Comimos lentamente nuestras raciones, mientras degustábamos un Joaquín Rebolledo, Godello 2010 que me gustó mucho, aunque linko a la nota de cata de los expertos de Verema, lo que mas recuerdo y me gustó fue la fuerza, la aromática llamada de un vino perfumado y sin aristas. Es de esos vino que no defrauda en una cenita con amigos.

20111112-214758.jpg

El foie que aunque delicioso lamentablemente se acompañó de la tierra de chocolate que tenía una textura inadecuada (entre petazetas y rice crispies un poco pasados) acompañó hasta el tercer vino: Un vino alegre y desprovisto de vericuetos… de la bodega Ruchel, el Godello 2010, que me encantó! con un toque amargo al final de cada sorbo, aromas frutales y de hierba bien integrados. Ligero y firme.

Cuando ya en la tercera copa (pequeña para no pasarme) nos llego el segundo plato: Rigattoni relleno de setas de temporada y salsa trufada, ya estaba yo en ese tono emocional, distendido y agradable que da el buen vino. el plato con sus setas de bosque y la salsa ligera y aromática me cayo perfecto. Daba densidad, aplomo y calma al cuerpo. Perfectos.

Por último, en la tanda de blancos: un Viñaredo Godello 2010, intenso, cítrico, apasionado.

20111112-215031.jpg

Cuando llegó el plato fuerte ya estaba yo con ganas de probar un tinto: abrimos con el lindo vino (ay qué botella!) el Viñaredo Barrica selección sousón, que era perfecto para acompañar, o ¿al contrario? porque parecía como darle un toque de pimienta negra al plato… que era un Meloso de ternera hecho a baja temperatura con salsa de su jugo, setas de temporada y patata Ratte. la mezcla de plato y vino resultó una pareja con reminicencias hogareñas, de chupchup, de calderos al fuego, chimeneas encendidas, abuelas….

Se me llenó el cuerpo de sabores antiguos y familiares, emotivos. Me gustó mucho y me sorprendió su fuerza como de mineral, sin ser agresivo, con personalidad.

Al postre llegué cansada y tomé poco: Brownie de chocolate Manjari (64% cacao), que estaba demasiado dulce, con confitura de arándanos y polo de fresón al vino tinto, el polo fué lo más destacable del postre, era sabroso, ácido e intenso y ahora al recordar vuelvo a salivar…

Una comida memorable que me presentó unos vinos agradecidos, interesantes y con buenas relaciones calidad/precio.

 

20111112-215059.jpg

20111112-215142.jpg

One Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *