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RESTAURANTE LA CARNICERIA

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Dirección: Plaza de Santo Domingo, 8.
Teléfono: 91 559 94 20.
Ciudad: Madrid

Ante su puerta es posible que no te detengas. La entrada no hace demasiadas promesas. Pero la experiencia me ha enseñado que no siempre el estilo va de la mano de la calidad gastronómica y que hay lugares, poco atractivos, que saben seducir con hechos más que con brillos y belleza. Este es uno de esos. Tras la puerta te espera un local retro, ahora tan de moda, con un pasillo estrecho en el que se disponen a cada lado algunas mesas de madera sencillas, suelos de baldosa que imita la pizarra, vajillas de losa blanca con reborde color Burdeos (como de hotelito con ínfulas en un pueblo perdido de España), sillas y repisas viejas y una vitrina de carne en la que puedes apreciar los mejores cortes de las carnes más excelsas del país y del mundo. La carnicería es el local con más número de carnes exóticas de la capital pues ofrecen hasta doce especialidades procedentes de Australia y Sudáfrica: Oryx, kudú, eland, ñu, antílope, canguro (al escribirlo me siento una depredadora del copón y experimento un poco de vergüenza mientras se me hace agua la boca) y que además puedes comprar para llevar a tu casa. Pero claro, no es de lo que quiero hablaros sino de la experiencia de comer allí. Me senté a esperar a mi amiga, que hace un par de meses no veía. Un señor, con aspecto de dandy madrileño, digno personaje de novela costumbrista, saludaba amablemente a la clientela. Creo que era el propietario, proveedor de carnes de algunos de los mejores restaurantes del país. Cuando llegó mi acompañante, asidua al local, la descubrí esbelta y con un aspecto saludable y lo mejor es que no tenía miedo a comer en La Carnicería. Se había puesto en forma (y en qué forma!) con un entrenador personal, pero seguía asistiendo al local sin un ápice de arrepentimiento. La razón tiene lógica pues aunque contundentes los platos de este restaurante son tan limpios, tan respetuosos de las materias primas y tan bien preparados que no pueden hacer daño. Hay que comer de todo, dijo sonriente disfrutándolo mucho y con moderación. Pedimos para picar morcilla con cebolla caramelizada y queso, una estilización de la matanza que aprobó con matrícula; verduras a la parrilla en raciones grandes y exquisitas: berenjenas, pimientos, espárragos verdes, tomates que a diferencia de muchas parrilladas era grande, bañada con excelente aceite de oliva y las verduras al dente, con esa resistencia única de las verduras bien tratadas… y claro el inevitable chuletón de buey (gallego) que estaba en su punto, jugoso y tierno como la mantequilla y ese sabor leve a maderas, a hierba, a campo… Imprescindible. Cuando llegó a la mesa, humeante y acompañado de patatas fritas que eran una tentación casi lujuriosa, fui más que conciente de mi naturaleza. La ración inmensa fue desapareciendo sin dejar rastros de pesadez, era inevitable sentir la contundencia del plato, pero todo era magro y jugoso, mucho más equilibrado que muchos embutidos, latas o paquetes que comemos sin apenas darnos cuenta. Lo mejor es que cada bocado, acompañado de un vino delicioso era único e irrepetible. De postre compartimos un helado de chocolate con aceite de aguacate que sirvió para darnos el puntito dulce de cierre pero que resultó una elección inadecuada pues era denso y poco fresco. Por lo que dejamos casi toda la ración. Estábamos satisfechas y nos sentíamos alegres. Comprensible: la mezcla de buen vino, carnes y verduras es todo un clásico que satisface los más bajos instintos… El precio 36€ por cabeza, sin el vino.

15 Comments

  • Ivana

    Prometo no volver a pasar por aqui a estas horas, ahora me voy a comer de tuper y pensar en este menu, hace que mis papilas gustativas esten salivando!! ja! ja!
    que rico! La verdad es que un poco de carne rica, me gusta!!
    Besitos

  • Lila Ortega

    gracias linda!!!! jajaja yo me siento bastante atormentada con mis inclinaciones carnívoras jajaja de verdad, siento que en unos 40 años, mis nietos hablarán de nuestra generación: se comían a los otros seres vivos! les encantaba la sangre!!! jo puro true blood y yo, no tengo remedio!!!

  • Spoom

    ¡Menos mal que has vuelto a Madrid! Nos tenías abandonados… y yo ya no voy a Barcelona nunca. A mí los sitios de carne me llenan un montón, me engordan antes de ir. Pero tal y como hablas de éste empiezo a pensar que es todo psicológico, o sea, de los nervios, como se decía antiguamente. Así que cuando vayamos a por el chuletón (que no será por idea mía, ya te lo digo), me mentalizaré previamente leyendo este fantástico artículo y seguro que la báscula así ni se entera.
    Un abrazo

  • Lila Ortega

    Qurida Spoom, qué gusto tu visita!!! Me siento encantada con tus palabras, y si, prometo que si compartes el chuletón y picas de todo con placer y recogimiento no te subirás ni un gramo jajaja

  • Lucía Sicre

    Lila muchas gracias por tu comentario!! Esas cositas son las que hacen que merezca la pena investigar nuevas cosas: el poder compartirlas con alguien. Estoy echando un vistazo a tu blog y me viene perfecto porque si hay algo que me gusta tanto como la música, es comer bien! Además vivo en Madrid, así que prometo seguir tus consejos y comentarte qué me parecen.

    Un saludo!

  • Sonia

    Descubrí una vez un restaurante en Ciudad del Cabo que se llama Mamma Africa (o algo por el estilo) en el que se servían carnes de todo tipo de animales, como en este restaurante. Lo siento, pero me decanté por un curry de verduras. En mi casa, salvo yo, son muy carnívoros, así que le paso la dirección a Philippe. Un beso Lila. A ver si charlamos un día un poquito, que ultimamente no coincidimos. Sonia

  • StyleCopycat

    Que lujo de blog!!! Comer bien es mi gran pasión!

    Así que ya sé dónde tengo que mirar cuando vaya a Madrid o Barcelona.

    Un beso y gracias por contactar conmigo.

  • Diana

    No soy muy «de carne» pero hay días en los que necesito un buen filete. Gracias por tu comentario en mi blog. Si necesitas una crítica gastronómica en Zaragoza, aquí me tienes.

    Un abrazo

  • Lila Ortega

    Qué bien Luis! Además es una garantía que el propietario sea un gran distribuidor de las mejores carnes no? es apuesta segura…

  • Ignacio

    Hola Lila,

    bueno tu post es de hace tiempo, pero solo quería comentarte, ya que es una pena, me temo que este sitio tan encantador ha cambiado de propietarios, ese dandy madrileño ya no es el que atiende la sala y mucho me temo que a los fogones pase otro tanto, fui hace muy poco y quedé decepcionado por la gran similitud entre los sabores de las carnes, todavía no entiendo como el avestruz y el bisonte o el camello pueden tener un sabor tan parecido cuando la diferencia entre cerdo y jabalí o pollo y pato es abismal…

  • Fedup

    Nefasto servicio, camarero faltón, descuidado. Nos dijo que habíamos pedido un menú y llamó «listillo» a un miembro del grupo. Jamás me habían insultado así. Verdaderamente tienen un problema con el servicio.

  • Chairo

    Tenía muchas ganas de comer en La Carnicería y me sorprendió que fuéramos solo seis personas. Ayer lo hice y mi decepción fue monumental. Teóricamente comí carne de buey gallego. La carne estaba insípida y era puro músculo. Tal vez hayan cambiado de dueña o algo así. Es inexplicable. Salí francamente enfadado, ni siquiera comí postre. Entonces comprendí por qué no había más gente.
    Chairo

  • Lila Ortega

    Los ultimos tres comentarios que he leido en mi blog me hacen dudar sobre si este local sigue siendo lo que era. Lamentablemente el tiempo lo voy invirtiendo en conocer nuevos sitios para recomendar y dejo de hacer «repasos» urgentes y necesarios en la carniceria con estos comentarios tendré que hacer una nueva cronica. La publicare cuando vaya a comer o cenar y vea por mis propios ojos lo que se denuncia en estos lares. Por ahora dejo vuestras opiniones y que la gente nos ayude con sus experiencias
    Gracias a todos por comentar!

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