Cocina Mediterránea,  Con estilo,  Copas,  Lujo,  Restaurante,  Restaurantes en Madrid

RESTAURANTE BISTROT (DE RAMSES)

Ciudad: Madrid.
Dirección: Pl. de la independencia, 4
Teléfono: 91 435 95 66.
Precio Medio: 55€ (sin vino)
Tipo de cocina: Internacional.
Primera impresión: Pasar tiempo en ese lujoso y bien decorado espacio es una experiencia deliciosa, sin embargo la cocina tiene que ajustarse un poco para ser coherente con los precios.
Fumadores: Zona habilitada.

Llegar al Bistrot restaurante es una inmersión en el estilo más moderno y fascinante de Philippe Starck. Ya en la mesa (justo frente a la Puerta de Alcalá) nos instalamos como dueñas y señoras del palacio señorial con una de las vistas más bonitas de España. Elegí el pequeño sofá de piel de vaca (suelta pelos, así que si vestís de negro mejor elegir otro asiento) y me acomodé con todo el glamour del que soy capaz. Iniciamos con una copa de Möet Chandon, cómo no, y abordamos la labor más difícil: elegir entre tan apetitosos platos sin sentir malestar por renunciar a otras promesas igualmente deliciosas. Un camarero como de cine, guapo y divertido, trajo el aperitivo, un buñuelito relleno de cocido que olía a metros y que en la boca soltó todo su caldo. A nuestro lado, dos chicas rubias, con estilo aristocrático, saludaban aquí y allá como si fueran damas de la corte. Más allá departían jóvenes ejecutivos en trajes de Armani, y algunas señoras «Bulgari» clásicas y elegantes pero con toques modernos. Me sentí en una peli del Titanic (antes del naufragio por supuesto). Compartimos primeros: ensalada de tallarines de sepia con alioli (en espuma suave y etérea) con los chispazos intensos de unas huevas de pez volador. Una elección adecuada de texturas inesperadas. También carpaccio de besugo, a la temperatura ideal, con aceite con un ligero toque de trufas que no ocultaba los suaves aromas del pescado (como la humedad cálida de un beso bajo la lluvia); y arroz meloso con timbal de conejo, de grano grueso (pelín blando) con lejanas sensaciones de curry. La carne firme, afirmativa, como los patés de payés de la campiña francesa, que me recordó la tierra recién llovida, las hierbas del campo… sabroso. De segundo tomé suprema de lubina asada sobre tahini de berenjenas, pistachos y gnocchi de raita (un tipo de yogur) que estaba jugosa, carnosa, blanca, como una mujer desnuda y en los oscuro como decía Benedetti. La salsa muy grasa, en la que sobraban los pistachos, deslucía el plato, pero no tanto para empañar el recuerdo de la magnífica carne. Mis amigas tomaron tartar de buey con mostaza karachi y rabanitos que me encantó. Ideales la temperatura de la carne y el equilibrio de sal y picante. De postres: flan de chocolate blanco, mermelada de limón y petazetas de textura estirante. Divertido pero demasiado dulce; Borracho de almendra con espuma de manzana asada y helado de queso (exquisito)que estaba sabroso aunque el bizcocho demasiado empapado de licor perdió textura; y sabrosos buñuelos de yuzu (lima japonesa) con helado de chocolate: Memorables. Pagamos como si fuéramos las dueñas y señoras de un palacio frente a la Puerta de Alcalá: 52€ por cabeza, sin vinos ni bebida. Estar en el Bistró de Ramses es mucho plan

6 Comments

  • Sonia

    ¡Qué bien, la primer! Lila, me has hecho reir. Me ha encantado la comparación con el Titanic (antes del naufragio). La descripción de los platos ha sido espectacular y aún se me hace la boca agua. Me apunto el sitio, pero desde luego no pienso invitar a nadie, mejor que me inviten a mí. Supongo, por tu referencia a Benedetti, que te gusta su obra. No te cuento lo que es para mí, si tuviera que llevarme un solo libro a una isla desierta me llevaría «El amor, las mujeres y la vida» , bueno, y «La tregua» camuflada. Besos. Sonia

  • Lila

    querida Su, por lo que he visto en webos fritos esa afirmación es una flagrante mentirijilla jajaja ea, que le pedire al chef de ramses que nos de una recetita de gran señora para descrestar a los vecinos jajaja

  • Ligasalsas

    Gracias Lila, es sólo un hasta luego. Tengo que coger aliento, aprender un poco más porque sin carne no hay cocido.

    Muchas gracias por tus palabras. Nos vemos por aquí, te sigo leyendo.

    Carlos

  • Sara

    Estuve en Ramses (invitada debo decir). Cenamos en uno de los reservados y no pude concentrarme en los sabores maravillosos de la cocina, porque estabamos sentados bajo una lampara gigantesca que casi llegaba a la mesa, y que tenia pinta de pesar una tonelada. No suelo ser aprensiva, os lo prometo, pero la lampara era tan exagerada que parecia que se nos iba a caer encima.
    Por cierto, me ha encantado el post.

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